- ¿Me abrazas?
- Claro que sí, ¿pero no sería mejor que te abrazara por sorpresa?
- Lo necesito ahora, lo que importa de un abrazo no es si es sorpresa o si lo ves venir. Abrázame. Siempre me ha gustado apoyar la mejilla derecha en alguien, y agarrarme fuerte.
- No sería capaz de soltarte. ¿Te das cuenta de que estamos en medio de la calle, abrazados y rodeados de multitud de transeúntes que nos observan?
- Me encanta, consiguen que me apetezca más cerrar los ojos y apoyar la mejilla derecha en tu hombro.
- ¿Un mal día?
- Sí, algo así. Un mal día sin ti.
domingo, 27 de febrero de 2011
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