sábado, 1 de junio de 2013

Echar de menos no es sólo decirlo. Echar de menos es romper por dentro cuando suena "vuestra canción", es recordarla al ir por la calle y que alguien con su perfume pase por tu lado, echar de menos es leer conversaciones antiguas con esa persona y que se te escape una lágrima. Echar de menos es necesitar a alguien, todo lo demás, solo son palabras.

Estamos en la edad de experimentar, de probar cosas nuevas, de hacer la locura más grande. De decirle a la persona que te gusta que lo quieres, aunque nunca te diga lo mismo. Época de cometer errores y aprender de ellos. De reír, de llorar y sufrir, porque eres adolescente. Porque es tu vida. Porque solo tenemos una y hay que disfrutarla al límite.
Fui lo bastante fuerte como para dejarte, pero lo bastante débil para volver a necesitarte. 



Un culo y unas tetas no te van a escuchar cuando estés mal, campeón.


Por ti, por mi y por los cuernos que dijiste que era lo más odioso.

¿Amar y ser amado?

Nunca se ha dicho mayor gilipollez que ésta, ¿para qué amas si sufrirás? y sobretodo recuerda que cuando no haya vuelta atrás, te hayas enamorado, la otra persona tendrá tu vida entre sus manos y por mucho que "te quiera" no dudará en jodértela.