martes, 5 de noviembre de 2013

Perdona, has hecho temblar tantas veces mi suelo que se me marcan un poco más todas estas grietas. Perdona por haber sido mi terremoto autodestructivo. Perdona, te noto tan lejos que quiero volverte a tenerte más cerca que nunca.

Perdona, porque aquí dentro siempre llueve. Porque Madrid me pilla muy lejos, perdona. Y vuelve a perdonarme todas las veces que me he quedado callada esperando que pasara algo que fuera como nada.

Perdona, por gastar mis noches sin dormir en ver tus fotos y en imaginarme nuestras fotos, en romperme en más pedazos para gastar cualquier opción para recomponerme.

Perdona, porque el amor es así.

Es tener tres mil razones donde no hay ninguna. El amor es muchas veces destruirse y autodestruirse. El amor es como la guerra, donde siempre arriesgas la vida, esperando que nunca llegue un disparo, justo en el ángulo perfecto, que te reviente por dentro. Y entonces no haya marcha atrás.


Perdona, por ser un paso irreversible como el amor. Perdona por solo ver principios donde solo había precipicios. Perdona por haber escuchado tu voz en todos los formatos.


Perdona por verte y no saber decirte que todo me da igual. Y que estaría dispuesta a todo, absolutamente a todo, por no ver cómo das otro paso más alejándote.

domingo, 20 de octubre de 2013

Y de repente, se levantaba de la cama y se echaba andar, con una sonrisa puesta (y que bien le quedaba sin ninguna ropa).Y se giraba, no sé, esa sensación de estar otra vez envasada al vacío. Y cuando de repente te mira, lo único que quieres es que se quede a tu lado para siempre. Mirándote. Y es ahí, en aquel momento, cuando se te ocurrió la genial idea de que te mirara así para siempre. Que quizás sus ojos verdes puedan ser la cura contra el insomnio, de las pesadillas, de los buenos días sin las crepes de las doce, de los malos humores por no tener chocolate o de si a la mierda con la autodestrucción. Tú lo único que querías es que te mirara así por siempre.

Al menos sé que lo nuestro fue real y no fruto de mi imaginación,
aunque acabara igual que siempre,
un sapo feliz, y una princesa echándote de menos.


lunes, 14 de octubre de 2013

Otoño, no tengas prisa en quitarme las manos de la espalda que ya va haciendo frío, y más si no estoy bajo sus sábanas. No tengas prisa y busquémonos las cosquillas. Vamos a impacientar un poco más al invierno. No tengas prisa
que las prisas siempre nos hacen aparecer con cualquier cosa y tocando a alguna puerta en la que nunca nadie abre, como si fuera el amor, como si fuéramos tú y yo. Tú. Yo. Otra vez fríos. Porque siempre vuelve el otoño, y otra vez las mariposas, pero esta vez, tú, no eres la causa de ellas.


miércoles, 9 de octubre de 2013

¿Te vas a terminar esa sonrisa, o puedo comérmela ya?

No fue la historia más bonita del mundo, ni tampoco la más triste, ni la más compleja. Fue una historia de dos que no consiguen ser uno. Sencillamente, fue la historia de amor más básica que existe: cuando el amor intenta hacerse y no se consigue.

Tal vez todo empezó demasiado rápido. O esa es la sensación que tengo yo, ya sabes, tú y esa capacidad de acelerarme. Todo empezó siendo imposible, como la mayoría de las cosas. Y luego se volvió imposible poder dormir. El precipicio de mis sábanas acomplejadas con tu espalda. Y tú que le dabas la espalda al sueño, porque preferías soñar despierto conmigo. Y luego vinieron las pesadillas, en las que tú no estabas, lógico. Y luego todo empezó a doler menos, o por lo menos me acostumbré a vivir con tantos imposibles que cada día era un enfrentamiento conmigo misma. Y a la vez ese sentimiento, no sé, a veces pensaba que me estaba volviendo loca, que cómo podía sentir tanto por alguien que no sentía nada. El mundo y sus contradicciones, y nosotros seguíamos siendo algo utópico.

A veces pienso, cuando echo la mirada atrás, que no hemos sido tanto, que hemos vivido más en mi cabeza que con los pies en la tierra. Y, quizás, toda nuestra historia de persianas bajadas, de música a tope, de películas a medio acabar, de sábanas deshechas, de sueños por el día y de nosotros por la noche; toda nuestra historia, toda esta triste historia sólo puede contarse a través de tus ojos. Esta es la historia de cómo tus ojos no supieron mirarme.

600 días de no saber mirarme ni un segundo. Una historia de 600 días y 4 noches que pueden resumirse en tu manía de mirarme mientras duermo, o en no saber nunca responderme. En tus maneras de vivir en un mundo que no es el tuyo, aún creyendo que llegará alguien para salvarte. Y yo ya no sé si disfrazarme de una superhéroe, o romper cualquier noche tu ventana y decirte que me mires, que estoy aquí.

Esta es la historia de tus mentiras, de mis verdades; de tus cicatrices, de mis heridas; de tu pasado, de mi futuro. Esta es la historia en la que vuelves a mentir, otra vez, y yo vuelvo a mentirte diciendo que ayer dormí de puta madre. Y odio el mundo. Y el amor (aunque siga queriendo hacértelo). Esta es la historia de ''dime que me quieres, aunque mientas'', porque las verdades a veces duelen más que una caída desde tu boca. Esta es la historia de los ''no puedo más'' y seguir queriendo follarte hasta la mañana siguiente.

Esta fue nuestra historia. Una historia de anemia sentimental, de espaldas cansadas, de amor, de odio (porque no amarás ni odiarás a nadie tanto como a mi), de canciones que nos describían. Esta fue la historia de una bonita antihistoria, en la que la superhéroe ama tanto al villano que se deja matar. Y otra vez se queda toda la ciudad sin salvar.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Nada es casualidad.

Yo creo que creer que el amor es bonito es creer que el suicidio es bonito. Pero el suicidio interno, claro.

Y por eso me encanta tu caos. Y el desastre que me produce.

Yo soy de las que piensan que más vale una sonrisa triste que tres mil miradas bajas, aunque sean tus ojos.

Ven a ser mis ojos, aunque sean sólo 10 minutos.

Y a lo mejor te debo tres mil razones para que permanezcas aquí.

Pero tú me debes tres mil una para saber por qué quiero que estés.

Y a lo mejor se te hace extraño vernos juntos, como a mi tú, como tú yo.

Y, quizás, se te hace raro mirarme y encontrar más razones para vivir que para no hacerlo. Más razones para quedarte que para decir 'adiós'.

Más razones, ya sabes. Que razones tenemos demasiadas para alejarnos el uno del otro.

Y, perdona, porque me pasaría más de mil páginas hablando de tu puta sonrisa.

Échame otro más en vez de echarme las culpas.

Un trozo de calle que han expuesto en un museo, una palabra dentro de un fraseo, como un duro golpe en el boxeo, el miedo ya está enterrado en un mausoleo. 


martes, 20 de agosto de 2013

Siempre hay un momento en que el camino se bifurca, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, al final estará ella, pero solo ocurre una cosa, llega el puto invierno.



¿Y si el adiós fuera tan solo el principio de un perpetuo comienzo?


jueves, 15 de agosto de 2013

Si dos personas se quieren o se han querido alguna vez, no puede haber final feliz.

Es mi esencia, rozar el límite de la esencia.

Solo porque extrañas a alguien no significa que lo necesites de nuevo en tu vida. Extrañar es el primer paso para olvidar.


Y es que si uno sacude el cajón de los recuerdos, al final, son los recuerdos los que terminan sacudiéndole a uno...
Andrés Castuera-Micher

domingo, 28 de julio de 2013

Recuerda que eres mi armadura a prueba de balas.

Ahora mismo, ambos tenemos nuestra vida, uno sin el otro, y se está bien, no digo que no, cada día estoy mejor y conozco gente interesante, pero todo esto no quita que te quiera en mi vida, te lo dije millones de veces y te lo repetiré mil más, para mi, es muy importante tenerte, aquí a mi lado, como mi gran amigo. 

sábado, 27 de julio de 2013

Nunca imaginé que en el peor momento se abriera una ventana tan grande y bonita.

Que grande Benedetti.

" Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé como, ni con que pretexto, por fin me necesites. "


Mario Benedetti

lunes, 22 de julio de 2013

Es irónico como puedes hacer muchas cosas por alguien y que nunca se dé cuenta. Pero una vez que cometes un error, nunca lo olvida.


domingo, 21 de julio de 2013

<<El amor es una puta mierda>> o al menos siempre se piensa eso justo cuando alguien que te importa demasiado desaparece cuando no quieres que lo haga. Y yo no era menos. Él se había ido. Para siempre. Y nunca volverá. Aunque ahora mismo sea lo que más desea. En el momento en el que alguien se va para siempre sientes como si nunca más pudieras levantar cabeza. Y duele como nunca. Porque hasta ese momento te sentías invencible. Y se va y te conviertes en la persona más vulnerable del mundo. Casi tanto que estás a una sola jugada de que te hagan jaque-mate. Y tú te sientes un peón de esos que matan en los primeros movimientos y no le importa a nadie quitar del tablero.
Y así es el amor, piensa. Es que te maten una y otra vez y tú volver a pedir la revancha. Y él había venido a hacerle jaque-mate tantas veces como había querido. Que si eran cuatro músculos los que protegían al corazón, ya le había desgarrado los cuatro y el cabrón seguía latiendo. Muerto de frío, pero seguía latiendo. Y a lo mejor las capas de músculo se recomponen con el tiempo. Quizás. Y ojalá. Pero lo que sí que tenía claro es que me dejaría cicatriz, por muy superficial que fuera la herida. Y que él había llegado para algo. Para ser su pasado. Que el pasado nunca deja de ser pasado y el presente y el futuro sí que dejan de ser presente y futuro para convertirse también en pasado. Y hay amores que matan, y hay los que matan por amor.
Y el problema está cuando vives un amor que mata y también estás dispuesto a matar por amor.

sábado, 20 de julio de 2013

O la mentira, o yo.

Me gusta pensar que el destino tuvo algo que ver entre nosotros. Así eran las cosas: dar y recibir, pero sobretodo dar. Nos apoyábamos para comprender las cosas que nadie del mundo parecía comprender. Aunque hubo cosas que nunca comprendimos, pero también nos apoyamos. Ya estoy cansada de esconderme, de tener que negar lo evidente y lo que siento. Una cosa es no decirlo y otra muy diferente negarlo, de tanto decir que no me estoy ahogando, y créeme, que quiero seguir apoyándote pero no escondida. Adelante si quieres seguir mintiendo, pero no será a mi lado.
La historia continúa con una sonrisa en unos labios que no son míos, pero que saben sonreír de la misma forma. Y él los conoce bien, los conoce antes de que llegaran los míos. Y le sonríe, y le saluda. Y ella sigue sonriendo con ese ansia de comerse el mundo. Y le suelto de la mano. Y me voy. Y empiezo a andar sin mirar atrás. 
Vaya hijo de puta. Y la zorra esa... ¡puf! ¡vaya hostia tiene encima!"

Luego no sé cómo volver a recogerle. Porque ya quiero que vuelva. Porque es mi hijo de puta. Y ya me muero por tenerle más cerca. Y ya me muero por ir a salvarle. "Seguro que es alguien con quien no se lleva bien y no querría haber saludado". Y yo sigo en mis 15 engañándome. Y él sigue otros 15 minutos hablando con ella. Y vuelve a andar hacia el lado contrario.

Y él se da cuenta de que se aleja. Y se despide de la otra. Y va a encontrarla. Y ese puto camino de piedras. Y qué difícil es seguirme.

—¡Espera! ¡Joder! ¿no ves que te estoy siguiendo? ¿es que acaso no has venido conmigo?

—Ya había venido contigo. ¿Y tú? ¿has venido conmigo o con otra gilipollas?

—Yo he venido y voy a todos los sitios contigo. No sé por qué dudas.

—Dudo igual que tú dudas. Igual que has dudado en sonreír y en mirarle de la misma forma que a mí.

Y entonces, él manda todo a la mierda y me abraza y me convence diciéndome cosas que tal vez dude al oído para convencerme de que está ahí conmigo. Y me lo creo y empiezo a no tener frío, ni calor aunque sea pleno verano.

—¿Quién era?

—Una vieja amiga

Y era alguien de su pasado, eso era cierto. Pero también fue su pasado. Y es imposible olvidarse del pasado.

jueves, 18 de julio de 2013

Nadie se puede negar a ser su rutina preferida.

Los lunes preceden a los martes. Y los martes, a los miércoles. Al igual que los miércoles lo hacen a los jueves. Y así hasta llegar al domingo. Voy a empezar diciéndoos que me levanté un lunes, cansada del domingo y salí a la calle como si fuera sábado. Porque a veces, las mejores historias empiezan un lunes, o fue un viernes (ya no me acuerdo). El caso es que no me acuerdo porque aquel día hice lo que todos los días de verano. Porque sólo hace falta un día de los 7 de la semana para que tu vida cambie por completo.

Y a lo mejor no me dí cuenta de que ese día me levanté con el otro pie, o que no encendí la luz al despertarme (porque ya había salido el sol) o que ese día me puse pasta de dientes de fresa en lugar de elegir mi favorita de menta. Puede que ese día de fiesta me equivocara de perfume y saliera de mi casa oliendo a algo nuevo. Puede que ese día eligiera mala combinación de ropa, pero me dijiste que estaba más guapa que nunca. Creemos que los lunes no pasan nada especial, hasta que llega el séptimo día y cambias con los seis anteriores. Y te pones esos zapatos viejos que guardas para ocasiones especiales. Y ese bolso que te regaló una chica que un día fue tu amiga. Y no te esmeras mucho al peinarte, porque ''natural estás más guapa''. Y ese día puede que se te olvidaran las llaves de casa al salir por la puerta. Y ese día puede que fuera un día 7 de algún mes de verano. Y ese día alguien rompió tu rutina de los 7 días de la semana para darte 7 razones a las 7 de la tarde para decirte que ese día 7 era un día especial porque os habíais conocido.



Y es que hay gente que aparece de repente y se convierte en tus 7 días. En tu semana. Alguien que llega un día, mientras estás tomando café en el mismo sitio de siempre a la misma hora de siempre para preguntarte que si quieres ser sus 7 días.



Y nadie se puede negar a ser la rutina de nadie. Y menos a ser su rutina preferida.

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No busco nada raro, solo alguien que me eche de menos aunque hayamos pasado todo un dia juntos, alguien que se ponga nervioso al verme, que no se aburra de mis charlas aunque pasemos cinco horas al telefono, que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por muy largo que sea. Alguien a quien pueda besar por un simple impulso sin sentirme atrevida. No me importan los regalos, las cenas, ni las flores, mientras el demuestre admiración, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaría estar siempre. Y que conozca todas y cada una de mis sonrisas, alguien que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mi ninguna otra existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre. Que sienta que se le cae el mundo encima si discutimos me abrace tirando su orgullo a la mierda, alguien que me haga reír hasta llorar, y me haga reír cuando no puedo dejar de llorar, que cada una de las canciones que escuche le recuerden a mi. Alguien que me haga sentir la chica mas afortunada del mundo, solo por el hecho de tenerle.

martes, 9 de julio de 2013

La distancia me impedirá verte, no quererte.

Llegará el día en que nos tendremos que separar, por tus sueños, por los míos o por los de ambos, pero cada vez que nos veamos contaré un "te quiero" por cada kilómetro que nos separe la puta de la distancia.
Y, recuerda, por cada kilómetro, un "te quiero". Por cada kilómetro, una sonrisa. Que nadie ni nada acabe con esto. 

Nosotros, somos fuertes. Acuérdate, mucho más que la distancia.
Por ti, por mí y por el día en el que volvamos a estar así de cerca.

No te transformes más.


''Promete que no me fallarás, que me follarás, que me brillarás, que me chillarás entre las sábanas. Promete que este 'siempre' escrito con promesas y subrayado con besos no se borrará ni con el típex del tiempo. Si me subes al cielo, no me bajes, no me tires nunca, que la hostia puede ser mortal. Promete que los 'te quiero' serán conjugados siempre en la primera persona del plural. Promete que cuando hables de mí, hables de nosotros. Promete que las promesas se crean, no se destruyen y tampoco se transforman.''
Y míranos, parece que ya no te acuerdes de cada una de estas letras escritas con nuestra tinta, con tu puño y con mis ganas. 

¡SORPRESA! El cielo no es para nosotros.

¡Quién fue el que dijo que el cielo era para nosotros! ¿Rozar el cielo con la punta de los dedos? Antes sobrevivo a una caída desde un séptimo piso. No te engañes, no hay nadie que se merezca ni una nube de ahí arriba. Todos tenemos esa parte oscura por dentro que se traicionaría hasta a sí misma. Y no digo que no sea bonito fingir que puedes volar, fingir que puedes llegar así de alto. Lo malo es que no lo haces, y eso hace que te merezcas aún menos respirar el aire de los ángeles. Y me refiero a fingir que puedes volar...¡si no puedes volar, al menos fíngelo! ¡Finge que puedes estar ahí arriba y que cualquier ser volador te tendría que tener envidia! Que sin esperanza, el mundo estaría perdido. Dime tú qué harías sin la esperanza de llegar a ser alguien en la vida. Sin la esperanza de tener una vida medio deseada. Es eso mismo. La esperanza, las ganas de volar. Sinónimos. Como vivir y amar. Y no es que haga juegos del lenguaje, es que el lenguaje juega conmigo y yo me divierto con él. Lo utilizo para comprender una pequeña parte de lo incomprensible. Y ya no es que hable de amor en el sentido que te esperas. Hablo de amar en todas sus formas y conjugaciones. Puedes amar a una persona y no besarle ni hacer el amor con ella. Puedes amar una cosa por encima de una persona. Hablo de amor,  de sentimientos, que es lo que nos mueve en este mundo que nadie entiende. Y no me habléis de sociólogos o filósofos que intentan entender las partes más abstractas del ser humano. Ellos no saben más que generalizar conceptos, y nunca entenderán el tipo de amor concreto de una persona a otra.
¡Sorpresa! La vida no es como te esperabas. Pero eso no es nada nuevo, 
ya la gente te lo avisa. No estás en una película, ni en una novela, 
ni siquiera eres la musa de un poema. La vida es dura, ya lo acabarás 
entendiendo. Y conforme vayas creciendo los problemas aumentarán de 
complejidad y cada vez será más difícil resolverlos. Llegará, incluso, 
el día que tomes la decisión equivocada para resolver el problema que 
te plantea esta puta vida y ya te habrás desviado tanto del camino. 
que no sabrás volver adonde empezaste. ¡Sorpresa! Que hay pocos
finales felices. Y no hay tantas perdices para que toda la gente 
pueda comerlas. Y ahora estarás pensando lo contrario, pero algún 
día te acordarás de mis palabras dieciochoañeras que tienen de vida 
lo que cualquiera. Que tal vez no haya madurado lo suficiente como 
para dar consejos sabios, pero no soy una fruta, y te hablo desde 
la propia experiencia. Que si tienes algún problema, intenta resolverlo 
de la mejor manera. ¡Rómpete la cabeza! Que la ecuación no es tan difícil 
como para resolverla. Y cuando termines con el problema, ponte en guardia 
que vendrá la siguiente ecuación con dos incógnitas. ¡Sorpresa! Que el cielo 
no es para nosotros, que el cielo es para los que saben volar, y a nosotros 
nos cortaron las alas. Mírate detrás y verás esos huesos que sobresalen 
que no son más que restos de unas pequeñas alas que en su día tuvimos. 
¡Sorpresa! Que no puedes volar, que algún hijo de puta nos condenó a 
estar en la Tierra y a pisar barro. Que el cielo no es para mí, 
ni para ti, ni para el otro. Pero acuérdate, que las ganas de volar 
no te las quite nadie, que es lo único que nos queda, la esperanza 
de poder sobrevolar los problemas. La esperanza de llegar bien alto 
como para ver tan pequeños a los de ahí abajo que ya sean insignificantes. 
¡Sorpresa! ¿He dicho sorpresa? Quería decir vida, que no es ni más ni 
menos que sinónimo de sorpresa. Prepárate, que la vida es esa continua 
aparición de sorpresas. Que vivir es sorprender, que vivir es amar. 
Que vivir es sobrevivir a este mundo de problemas. 

lunes, 8 de julio de 2013

Hay días malos y malos días.

Hay días en los que no sabes porque te has levantado, empiezas el día de buen humor y lo terminas del peor posible. No hay ni palabras para describirlo, así que mejor vestirse y salir de casa, aunque sea sola, que siempre es mejor que mal acompañada. ¡Acabad bien el día!

domingo, 7 de julio de 2013

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No somos nada, pero queremos serlo todo.

Así en la plenitud de lo que era él.

No podía hacer nada más que observarle en plena oscuridad, con la luz que me regalaba la noche de verano entrando por mi ventana, que apenas hacía visible su silueta. Y le observaba ahí yaciendo sobre su espalda, y mis manos dibujando círculos en su pecho. Yo le amaba, realmente le amaba. Y casa parte de mí le permanecía, mis manos, mis labios, mis ojos, cada parte de lo que yo era y podía entregarle.  No había nada en él que quisiera cambiarle. No restaría ni un solo pelo a su cabeza, ni añadiría un centímetro a su estatura. Me daba igual lo que sentía, o si me mentía, ya era tarde, ya le amaba yo con locura.

No soy perfecta, pero tampoco quiero serlo.



Te mentiría si te dijera que soy perfecta. Es mas creo que soy una de las personas que mas defectos tienen, o por lo menos yo me siento así  Un día me podrás ver muy feliz, pero al otro verme hecha un mar de lagrimas. Creo que a veces soy un poco bipolar, en cuanto a mis sentimientos. Como mismo te puedo llegar a querer, ten por seguro que podría llegar a odiarte. Odio la mentira, pero en cambio miento día a día fingiendo que todo me va perfecto y que mi sonrisa es de verdad. Me encanta estar sola, tener mi tranquilidad, pero no me gusta sentirme sola, que son cosas diferentes. Me gusta estar enamorada, pero a la vez desearía no haber conocido nunca al amor. Quisiera irme lejos, muy lejos, donde nadie me encontrara ni me conociera, pero se que no podría vivir sin mi familia y mis amigos, sin esa gente que me quiere y que yo quiero. Todo conmigo tiene sus pros y sus contra. Pero sabes, quien me quiera querer me tiene que querer así  porque es cierto no soy perfecta, y quizás nunca nada conmigo lo sera, pero si que te aseguro que cada día, trataría de que así fuera.

Querido frío:

No todos tenemos ese "alguien" a quien abrazarnos, así que no te emociones tanto.

Yo no quiero un "para siempre", yo quiero un "poco a poco" que nunca acabe.


sábado, 6 de julio de 2013

Seré feliz, pero si es contigo mucho mejor.

Que siento que el corazón me arde por dentro, es una sensación muy amarga y dolorosa. Porque yo te quiero aquí, a mi lado, con tus besos y caricias, tu mirada, tu sonrisa y tu amor por mí. ¿Estoy pidiendo mucho? Yo solo quiero ser feliz, pero contigo, me lo merezco, ¿no crees?
Lo más asombroso cuando no estás con tu pareja, es añorar hasta los malos ratos, con tal de que esta persona vuelva. Ahora mismo veo tan absurdas nuestras discusiones, nuestros celos y nuestra desconfianza.
Te quiero con toda mi alma, y eso no se dice por decir, te he regalado mi corazón, mis sonrisas, y mis mejores momentos, pero no me arrepiento, en ese momento era feliz, increíblemente feliz.
Tú a lo tuyo, y yo, yo...¡Yo a quererte como a nada! Jamás te irás de mi corazón, te lo prometo, ódiame si quieres, yo estaré aquí como una tonta esperando otra vez. ¡Tu boca en mi boca, tu pecho contra el mío y tus ganas de sonreír junto a las mías!

Paren el mundo, que yo me bajo.

Sinceramente, no sé como explicar esta situación, no sabes como cogerla, como afrontarla, pero lo haces, lo consigues, por ti, por él. Cuesta, mucho, pero algún día llegarás a la cumbre, y de ahí verás el asombroso mar que, juntos, habremos construido, merece la pena, ¿no crees? Contará, mucho, habrá momentos en los que querrás tirar la toalla, pero justo en ese momento te susurraré al oído que si decides tirarla, al menos, que sea para ducharte conmigo. Es difícil para mi, nunca me había afrontado a tal cosa, pero para ti, para ti mucho más, ya que  me has desmontado los planes, ¡DIOS, Y LO QUE ME GUSTA QUE LO HAGAS! 
Al fin y al cabo no creo que la vida tenga preparado para ti problemas que no puedas solucionar, ni superar.
Eso de que las personas no cambian....relativo, muy muy relativo, quizá si no cambia el mundo, no cambias tú, pero si cambias tú puede cambiar el mundo.


Tú mi mundo, yo el tuyo.

martes, 2 de julio de 2013

Dejemos el tú y yo, y empecemos por el nosotros.

Sabes que a la tercera va la vencida. 

A ti, rendirte, nunca se te ha dado tan mal. Y a mi, perder, siempre se me ha dado demasiado bien. 


sábado, 29 de junio de 2013

Oigo el ruido de tu coche y bajo a tu portal. Te digo 'adiós'. Y ya nunca más vuelve a sonar nuestra canción. Ni siquiera se cuela un día de lluvia en la lista de antiguos éxitos de la radio. Y para éxito nuestra despedida. Nos sacrificamos por nuestras heridas. Diciembre, el frío y el invierno eran preciosos cuando llegabas. Y qué bonito era verte marchar. Y el verano sin ti era polar.


Luego subo y apago la vela que esperaba iluminarnos. Y la cena para dos se queda a oscuras y se acaba enfriando. Y el tocadiscos se queda atascado en nuestra canción, que no quiere sonar.



Y, perdóname, si espero escuchar tu voz cada vez que vuelvo a oír un coche acercarse. Siempre muero de sobredosis de emociones que incluyen echarte de menos y mirarme al espejo sin encontrarte al lado. Mi cama se ha convertido en un cementerio de una idiota que creyó en el amor. Y ahora solo quedan huesos. Y polvo. Que para polvos los que echamos sin saber que nos convertiríamos en lo mismo que estábamos haciendo. Cómo una palabra puede significar lo mejor y lo peor de la vida... Polvo: sexo y muerte.


Me acuerdo de nuestro lenguaje, de nuestro sitio en cualquier parte. De nuestros domingos que disfrazábamos de sábados. De nuestra canción sonando a todas horas en la radio cuando nos veíamos en el coche. Y tú cuando la ponías a tope en el coche. Me acuerdo de un día que salió gris y nosotros fuimos a joderle los planes a la lluvia. Me acuerdo de cómo te dejabas llevar, y empezabas a ser poesía escondida en una cama. Me acuerdo de  tus ojos llorosos por la mañana. De cómo dibujabas en el vaho del cristal de la ducha y cómo volabas al verme despertar. Me acuerdo del mar que nos vio besarnos y de la cámara que nos vio hacer los idiotas sacándole la lengua. Me acuerdo de tu número de teléfono y de aquel lunar debajo de tu ombligo. Y de aquel sitio secreto de tu cuerpo que te hacía reír como nadie. Me acuerdo de tu forma de buscarme las cosquillas sabiendo que no tenía y que pocas cosas me hacían morir de la risa. Y que tú eras una de ellas.


¿Te acuerdas cuando me decías que ibas a estar siempre a mi lado?

Mentías.

Voy a seguir bailando hasta que el mundo deje de sonar.

No voy a dejar de cantar en la ducha a las seis de la mañana solo porque perturbe las pesadillas del vecino.
No voy a dejar de saltar al andar solo porque los demás me miren raro.
Prefiero tener negros los pulmones de fumar que tener el cerebro podrido de las mentiras que cuentan en las noticias.
Prefiero soñar con imposibles a vivir de puntillas y que nadie se dé cuenta de que he pasado por su lado.
Aún me quedan muchos ''mejores momentos'' que vivir y muchas costillas que seguir destrozando por las hostias.
Me va a seguir gustando la poesía clara y sin palabrerías (el amor jode y nos hace más fuertes si no nos mata).
Y voy a seguir creyendo en el amor como punto fuerte y punto flaco del mundo.

Mis estados de ánimo van a seguir siendo una función de ondas que alcanza su máximo y su mínimo en infinitos períodos.
Voy a seguir escribiendo(te).
Y voy a seguir sonriendo con cada locura que haga un viernes por la tarde jodiéndole los planes al hijo de puta de mi destino.
Voy a seguir quemándome los labios con las últimas caladas de mis cigarrillos y con ''palabras'' que me quedé con ganas de decir.
Voy a seguir creyendo que algún día me crucé con el amor de mi vida y no me di cuenta de que ya había apartado la mirada cuando yo le miré.
Voy a seguir creyendo en que las tardes de domingo son tan largas como las mañanas de los lunes, y que las películas de por la tarde no hay quien se las trague sin buena compañía.
Voy a seguir creyendo en que el alcohol sirve tanto para las heridas de fuera como las de dentro. ¡Y qué bien me sienta emborracharme!
Voy a seguir creyendo en mí. Y en ti. Bueno, alguna que otra vez dudaré.

Mi canción favorita.

Y todo empieza a volverse oscuro. Y el silencio de mi habitación. Y el caos de dentro de mi cama. Y tú vuelves a no estar. Y te vuelvo a pensar. Y, joder qué difícil es escuchar tu voz sin poder acariciarte el pelo.


—¿Por qué?

—¿Por qué qué?

—Que por qué no paras de mirarme—y se enreda entre las sábanas.

—No sé, es esa sensación de querer que se pare el tiempo y quedarme así para siempre.—le pega un golpecito en la nariz que le hace sonreír.—Es como que me jode porque los momentos no se pueden repetir. Es como que la vida te reta a que vivas cada momento lo mejor posible.

—¿Has pensado alguna vez en la muerte?

—Claro.

—Pues siempre hay momentos en los que te sientes inmortal, en los que tienes fuerza suficiente como para saber que vas a salir ileso de cualquier locura y de cualquier hostia o amor. Y luego...

—Luego te das cuenta de que el tiempo pasa también para ti. Y de que ya no eres un crío. Te das cuenta de que la cama se queda grande para ti solo. Y de que tu ciudad se queda muy pequeña. Y es como que solo te queda una filosofía para vivir.

Y es vivir como si no lo fueras a volver a hacer. Querer como si no vaya a haber ninguna otra persona. Reír como si la risa fuera la única medicina para este mundo de mierda.

Y tener siempre la seguridad de que podrías morirte en este instante, y que has vivido de la mejor forma que has sabido.


—¿Y sabes qué? Yo siempre tengo preparada una canción. Y es una canción con la que no me importaría morir. Supongo que es algo como mi marcha fúnebre. Es como esa canción que dices 'mi muerte tiene que ser con esta canción porque sería hasta bonita. Sería como el final de una temporada intermedia de una serie en la que todo el mundo llora de lo bonito que es'.—se incorpora y le pregunta—¿Tú no tienes ninguna canción?


—Canción no, pero sí un sonido. Y estaría de puta madre escuchar tu voz cuando todo se vuelva oscuro.

Y cuando todo se vuelve oscuro aún me acuerdo de esa conversación. Y de tu voz. Y la oigo en mi interior. Joder, qué bonita canción y qué envidia le tiene mi guitarra a tus cuerdas vocales.
Creí en el amor y creí que me moría. No me digas que me echas de menos, dime a qué hora nos vemos.

viernes, 21 de junio de 2013

¿No has notado mi falta? ¿Me extrañas, aunque sea un poco?


Sé que estás acostumbrado a que yo te busque, a que sea siempre yo la que inicie la conversación. Siempre he estado ahí para ti, haciendo hasta lo imposible por verte sonreír. Te he esperado mucho, pero desde este momento mi corazón me ha dicho que deje de sufrir por alguien que no me valora. Quisiera que aprendieras a querer lo que te rodea, a apreciar los pequeños detalles que otras personas, con mucho amor, te regalan. Quisiera que sintieses mi falta, que sintieses lo mismo que yo sentí. Quiero que veas que el mundo no gira en torno a ti, que no siempre tendrás lo que desees, sino lo que puedan darte, y que a la larga verás que era lo que realmente necesitabas. Nota mi falta, yo sé que un día extrañarás mis llamadas a cualquier hora, mis tontos mensajes, mis celos, mi fea sonrisa. Porque así es la vida, ¿no? Una vez que te alejas, y olvidas a esa persona que tanto quisiste, ella viene a ti, ilusionándote de nuevo, diciéndote que te ama y que te sueña todas las noches...te vuelves la mala de la película. No pienso ser como tú, yo estoy dispuesta a darte mi amistad y a perdonar todas tus mentiras y rotas promesas, estoy dispuesta a darte la mano, porque aún, a pesar de todo, formas parte de mi vida, de mi pasado, y fuiste alguien que me enseñó muchas cosas que sé que en un futuro me servirán. Por esa parte, gracias, y por la otra, sin rencores, solo darte suerte y recordarte que el karma, existe.



sábado, 15 de junio de 2013




Más que besarle, 
más que acostarnos juntos, 
más que ninguna otra cosa, 
él me daba la mano, y eso era amor.

Mario Benedetti.

domingo, 9 de junio de 2013

Solo sé que me siento cansada, harta, de tener que fingir que estoy bien, de que mi vida es perfecta, porque no lo es. Cuando no es una cosa es la otra, me pregunto habrá algún momento en el que sienta que realmente todo esta bien. Lo gracioso de todo esto, es que en cierta parte es culpa mía, ya que en realidad yo no hago nada por cambiar mi vida. Supongo que me resigno y que por mucho que quiera algo, no lo voy a conseguir. No entiendo para que nos dicen que si realmente queremos algo luchemos por ello, sabiendo que a lo mejor no lo vamos a conseguir. Pero así es la vida, de eso se trata, de que luches por lo que quieres, y así cuando no lo consigas, aprendas algo nuevo. Aunque creo que yo ya he aprendido demasiado, y me estoy cansando de no recibir nada a cambio, porque de que me sirven las lecciones si al fin y al cabo yo lo que quiero es otra cosa. Va siendo hora de que las cosas cambien, y va siendo hora de que empiece hacer feliz.

Mi príncipe azul se empezó a desteñir y me dejó por la bruja, me enamoré como se enamoran las mujeres inteligentes, como una tonta.